miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hoy, porque no?

Siempre, me ha gustado recordar las anécdotas que rodean mi vida, y en numerosas ocasiones, me he planteado escribir las bagatelas cotidianas para mi, para recordarlas, supongo que todos tenemos esa intención alguna vez...
 
He tenido varios diarios, no de los que en sus "pastas" se lee "Diario", no, cuadernos, libretitas, moñadas varias en las que escribir con una fecha o sin ella, algo que llamó mi atención.
 
El primero de ellos, me lo regaló mi madre, no ponía explícitamente la palabra "diario", pero lo era, estoy convencida de ello porque el candado y la llave eran sospechosamente un indicio de tal cualidad... mi primer diario de color azul, en el que escribir lo que pasaba todos y cada uno de los días de mi vida, creo que lo empecé en el año 1980, tenía pegatinas de Hello Kitty que mis "pals" de "Iys" me habían mandado, vamos, en "cristiano" los amigos por correspondencia de cualquier parte del mundo que me escribían abundantemente, a los que yo, nunca sabía que decir ni que contar. La primera dirección me la dio Yolanda, y luego vinieron las demás, muchas, muchisimas, para mi poca imaginación de la época, era una tortura recibir carta y no saber que responder. Entre mi gran lista, había un par de chicas francesas, de mi edad, me utilizaban para practicar "espanol", yo, obviamente no les interesaba lo más mínimo, ambas tenían 15 "anos", cosa que a mi me hacía una gracia tremenda, pero también me indignaba, que algo tan típicamente español como la Ñ no saliera de sus bolígrafos, fue una de tantas incógnitas en mi vida.
 
Nunca supe que paso con el diario azul, al que yo puse en el cierre un boligrafito cuyo capuchón era la cabecita de un oso panda, se lo llevaría el miserable camión naranja, tan presente en mi vida y en la de todos nosotros...